lunes, 11 de junio de 2012

De abuelas a nietas.




Nunca podré olvidar a mi abuela María.  Era sencilla, discreta, elegante, fina, buena, así estaría alabándola continuamente. Yo me cogí a ti en mi niñez, tu eras lo mejor, tus mimos, tus palabras, tus caricias...

Recuerdo aquella gran casa muy destartalada, pero bonita y entrañable en que vivías en el pueblo. Yo pasaba muchas temporadas contigo. Recuerdo cuando decías de mi: podéis hablar delante de ella, esta niña es muy discreta sabe guardar bien los secretos, corrían los años cincuenta y tantos...   Recuerdo cuando los mayores hablaban bajito, con temor y decían cuidado que las paredes oyen...

Me encantaba ir a casa de mi abuela, que feliz era allí. A día de hoy cuando estoy triste y tengo problemas, pienso en mi abuela María, le hablo, le pido que no se olvide de mi, igual que yo no me olvido de ella.

Tenía 9 años cuando se fué y me acuerdo como si hubiese sido ayer.  Cuando alguien te da tanto amor, pasan los años... la vida...y eso queda ahí, no hay pincel en el mundo que pueda borrar un amor así.

 Hoy yo soy abuela tengo una nieta pequeñita, es mi princesa y la adoro, cuando viene a casa se va haciendo pucheritos (lo mismo me pasaba a mi). Yo le cuento cuentos, y le digo que no tenga miedo que yo siempre estaré para protegerle. "Aunque esté muy lejos siempre te protegeré", le hablo de mi abuela María, a ella le hace gracia no entiende que una vez yo fuera nieta. Si siempre la protegeré como me protege a mí mi abuela María, desde el cielo.

MarisaCano.

1 comentario:

  1. Algo pasó cuando conocí a mi abuela María. Igual que cuando tomé en brazos a mi primera nieta Catalina. Algo sublime, maravilloso.

    ResponderEliminar